El Vaticano, los huicholes y Calderón
(Tomado de Sin Embargo)
12-Ene-12
12-Ene-12
¿Qué diría el Vaticano si el
gobierno francés decidiera concesionar la explotación de minerales preciosos en
la ruta sagrada que cada año miles de fieles caminan hacia Lourdes donde se
encuentra el manantial de agua que se considera bendita por la Iglesia
católica? O si en Portugal se hiciera lo mismo con las grutas sagradas de
Fátima, enclavadas en la montaña con potencial minero. Cientos de rutas de
peregrinación en el mundo, de todas las religiones, católicas, judías y
musulmanas, son consideradas patrimonios intocables gracias a acuerdos entre
los líderes de dichas Iglesias y los gobiernos, y por una fuerte pasión
protectora de las y los fieles a sus tierras sagradas (además de los intereses
económicos en la promoción turística de las visitas sagradas y sus objetos
milagrosos en venta.)
La pregunta que me parece
indispensable hacernos es: ¿Cómo se atrevió gobierno federal de México a
entregar para su destrucción total una zona sagrada para el país? En ella, a lo
largo de la historia, millones de personas wixarika o huicholes y extranjeros
han peregrinado, la han cuidado y han vivido de ella respetuosamente. Calderón
la concesionó a una minera canadiense. ¿Por qué hay una reacción tan pobre de
parte de todo el país? ¿Dónde está la UNESCO en esta protesta? Y debería estar
aquí ya que el propio Felipe Calderón, como ya se ha dicho muchas veces, junto
con miembros de la UNESCO a principios de este sexenio, prometió proteger la
zona como patrimonio de la Nación y respetarlo como ruta sagrada hacia los
manantiales de agua bendita para las y los huicholes.
Y sí, hay que reiterar con
indignación hasta que todo México se entere y actúe: El gobierno entregó 22
concesiones mineras a la canadiense First Majestic Silver Corp en el
área de Real de Catorce, a través de la empresa mexicana Real Bonanza SA de CV.
De las 6 mil 326.58 hectáreas que abarca la superficie concesionada a esta
empresa, el 70% están dentro de la Reserva de Wirikuta. ¿Y las y los diputados
y senadores?, calladitos.
Imagine que se concesionaran
casi siete mil hectáreas del Camino de Santiago en España, o cerca del Muro de
los lamentos de Jerusalén, para hacer minas a cielo abierto, que no solamente
impedirían el paso que los miles de fieles recorren cada año, sino además, al
abrir minas a cielo abierto contaminarían el manto acuífero de toda la región
con cianuro, xantantos y metales pesados. Imagine que los expertos limnólogos
advirtieran al gobierno que, de abrir las minas, poco a poco las cuencas
hídricas quedarían secas dejando a toda la región, llena de viviendas, sin agua
potable y contaminando los pastizales del ganado que se cría en la región
montañosa de los alrededores. Eso es lo que está sucediendo en México y debemos
detenerlo.
¿Dónde están los anuncios
públicos que dicen “El gobierno del Presidente también concesionó la
destrucción la zona de El Bernalejo, en la comunidad de Margaritas, a la minera
canadiense West Timmins Mining”? A partir de su entrada, no se podrá cazar
venado para alimentarse y se cerrará la ruta de peregrinaje religioso de miles
de personas que desde hace centenares de años acuden a sus centros
ceremoniales, justo como lo hacen quienes van a La Meca, a Lourdes, a Fátima, a
Jerusalem y un centenar más de centros religiosos similares del globo, rodeados
de comunidades que viven sus usos y costumbres alrededor de sus ritos
sagrados..
Y vaya que la Comisión
Nacional del Agua ya advirtió al presidente Calderón y su gabinete el peligro
inminente de que la minera, por su tipo de explotación a cielo abierto para
sacar oro, dejará en muy poco tiempo sin agua a toda la región, pues utiliza
100 millones de litros de agua al día; además de dañar una comarca denominada
por el propio gobierno calderonista como Reserva y Zona de amortiguamiento para
uso tradicional.
De una manera muy similar, los
gobiernos de todo el mundo, incluido el mexicano, han hecho acuerdos con la
Iglesia católica y recientemente con poderosos líderes de denominaciones
cristianas, para concesionar zonas protegidas, donarles terrenos e incluso han
hecho grandes donativos para la construcción de catedrales, iglesias y
protección de zonas de aguas benditas o donde aparecieran, según la Iglesia,
mantos y vírgenes milagrosas.
Desde el Vaticano hasta los
millones de fieles, e incluso personas no fieles, afines a la diversidad y el
respeto a los cultos religiosos de todas las denominaciones, hubiesen opinado y
exigido cuentas. En México esto no está sucediendo con suficiente fuerza,
porque seguimos sin comprender que una parte importante del pueblo mexicano,
como las y los wixáricas o huicholes tiene tanto derecho como cualquiera que
exija libertad de culto y respeto a sus sitios sagrados. Yo le pregunto al
presidente Felipe Calderón: ¿Por qué su gobierno concesionó la destrucción,
sequía y profanación de una zona tan importante para la Historia de México, que
abarca a tres estados de la República? ¿Lo hubiera hecho igual con grupos
cristianos o católicos? Conozco la respuesta, pero igual la planteo. ¿Por qué
el racismo, el desprecio y la destrucción de una zona fértil, sagrada, amada y
respetada por las y los mexicanos?
Y ya que estamos en ello, me
gustaría saber qué harían las y los candidatos presidenciables ante semejante
atropello ecológico, religioso e histórico.
Si tú te indignas y quieres
colaborar hazlo en: http://frenteendefensadewirikuta.org/wirikuta/?page_id=81
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