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Mostrando entradas de mayo, 2012

TRANSFOBIA: LAS OTRAS MUERTAS

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(Tomado de Sin Embargo) Por: Alfonso Castañeda Eran aproximadamente las dos de la tarde cuando un niño pastor se topó con el cadáver de una mujer. El cuerpo semidesnudo presentaba una herida a lo largo del cuello, brazo derecho y en el costado izquierdo; además de varias huellas de tortura, algunas quemaduras, lo que enseguida llamó la atención de las autoridades. Horas después, aquella mujer, de 28 años, tenía nombre y un perfil que más tarde haría resonancia: Agnes Torres Hernández. Era una mujer transexual. Pero más allá de su identidad de género, muchos la conocían por su activismo en el colectivo Lésbico, Gay, Bisexual, Transexual e Intersexual (LGBTTTI). Los signos de tortura hicieron suponer que se trataba de un crimen de odio. Benicia Hernández Huerta, madre de Agnes, identificó el cuerpo de su hija. Declaró que el último día que la vio fue el viernes 10 de marzo, por la mañana. Pero fue al día siguiente que el niño pastor hallaría el cuerpo vejado.

Ojo de Gato: Yo no me llamo Javier

(Este texto lo escribí el 20 de Noviembre de 2009. La ociosidad de estos últimos días y los constantes yerros de un gobierno, hicieron recordar estas líneas que hoy, creo y sólo creo, pueden estar vigentes en el contexto que vivímos en Veracruz) Guillermo Manzano Los relevos generacionales en la responsabilidad pública de un país no se dan por decreto ni por imposiciones. Se propician por realidades concretas y condiciones sociales y económicas específicas. Verbigracia: en México lo vivimos de manera significativa en la década del 70 del Siglo XX. Esto como respuesta a los movimientos juveniles realizados en años anteriores, particularmente en 1968. La gerontocracia, de un sistema político en crisis, tuvo que abrir espacios a una juventud que reclamaba ser parte activa de las transformaciones y decisiones del país y no sólo espectadores pasivos. La apertura -forzada, pero apertura al fin-, no sólo se dio en el ámbito político. Las artes, la academia, el sindicalismo y la

A Pie de Calle: Indefensión

Guillermo Manzano ¿Qué podemos pensar de un Gobierno o de muchos gobiernos que son incapaces de garantizar la seguridad de sus habitantes? Se puede pensar mucho y nada. Porque al menos, aquí en México, todo sigue igual: calma, paz y tranquilidad institucional. Pero lo más complejo y los más duro de aceptar es la indefensión en la que nos encontramos los habitantes de este país. Lo peor: nuestras exigencias sólo quedan como testimonios alegóricos que chocan contra la pared de la indiferencia institucional. Aquí se pueden tirar cuerpos destazados en las calles a cualquier hora del día, matar periodistas, migrantes, ciudadanos comunes. Secuestrar jóvenes y prostituirlas. Aquí se puede hacer eso y más porque hay una complacencia tácita de los gobiernos. ¿Con tantos ‘efectivos’ en las calles nadie ve nada, nadie escucha nada…? Por supuesto que también se puede amenazar a la gente. Decirles, por ejemplo, que si siguen chingando los van a matar. Que mejor agarren sus calzones y

Morir por informar

(Tomado de sinembargo.mx) Por: Sanjuana Martínez mayo 7 de 2012 “Aquí sabemos quien manda”, me dice con una mezcla de sinceridad y resignación, el director de un periódico en Matamoros, Tamaulipas. “Esa es la clave para seguir vivos. Si se te olvida, te lo recuerdan: matándote o desapareciéndote”. No podemos pensar que los 95 periodistas asesinados y los 15 desaparecidos en México desde el año 2000, se les haya olvidado “quien manda” en sus respectivas coberturas informativas. A veces, no está tan la clara la línea que divide a buenos y malos en esta narcoguerra. A veces, los malos son los que están en las instituciones para velar por nuestro bienestar. A veces, los malos están en los gobiernos municipales, estatales o en el federal, en las policías, en el Ejército o la Marina. A veces, son ellos los que atentan contra la integridad de los periodistas, son ellos los que quieren silenciar la verdad. El resto de los atentados los comete el crimen organizado, valga la redund

A Pie de Calle: Nocivo para la salud.

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Guillermo Manzano Cuando empecé a escribir o mejor dicho a garabatear palabras en una página jamás pensé que fuera tan peligroso. Mi irresponsabilidad era tal como la actual, sólo que ahora estoy más viejo y a veces me doy cuenta. Debí entender a tiempo que escribir es nocivo para la salud e incluso, la adicción, puede causar la muerte. Por eso propongo que en las escuelas de comunicación o en las de letras, debiera haber un ícono como aparece en las cajetillas de cigarros o en los venenos para ratas o en los insecticidas. Además también deberá incluir una nota sobre qué hacer en caso de una ingesta excesiva de letras y palabras. Que en las redacciones de los periódicos exista una leyenda que recuerde el peligro que ronda a sus trabajadores por el sólo hecho de trabajar, publicar y creer que su labor es importante para la sociedad. Foto: Emiliano Martínez No exagero, simplemente trato de entender por qué han muerto amigos, conocidos y trabajadores de medios informativo