Pedófilos en acción



Por: Sanjuana Martínez

(Tomado de Sin embargo)

¿Qué tipo de hombre se excita con la fotografía de un bebé desnudo de tres meses o con la película de un bebé de 10 meses siendo violado? La masculinidad mal entendida da este tipo de aberraciones y otras más. Lo descubrimos en aquella gigantesca redada internacional de Europol contra la pornografía infantil que involucró a 22 países de la Unión Europea con un  saldo de 112 detenidos y la identificación de 269 sospechosos de utilizar este tipo de material en Internet. En aquella ocasión recuerdo cómo un policía español que participó en la operación “Icarus” señalaba que lo más impresionante para él había sido ver las imágenes de bebés desnudos y en algunos casos imágenes de ellos siendo abusados, material utilizado por los pornógrafos y ciertamente muy extendido en aquella red desarticulada. Esas imágenes y las de miles de niños tienen una gran demanda en el mercado negro. De hecho, la pornografía infantil se abre espacio a pasos agigantados, cuando debería de ser lo contrario. En México, el uso y difusión de la pornografía infantil no está debidamente perseguido, ni castigado. Millones de usuarios tienen en este país un paraíso de pornografía, pedófilia y pederastia; tanto que los pedófilos unidos pretenden legalizar la pornografía infantil, un cáncer cada vez más extendido en Internet. Agrupados en el Movimiento Activista Pedófilo, una especie de organización internacional que promueve “el amor hacia los niños”, los pedófilos van ganando espacios en el mundo. La intención es lograr la normalización de la pedófilia, la atracción erótica y sexual que siente un adulto hacia niños y adolescentes. Pero lo más aterrador es que buscan derogar leyes que criminalizan esta conducta. Los pedófilos en acción quieren la derogación de las leyes de edad de consentimiento, es decir, intentan eliminar toda legislación que determine el uso de la edad como un criterio válido para identificar el abuso sexual infantil. De hecho, desean una redefinición de lo que se conoce como “abuso sexual infantil”. La Organización Mundial de la Salud ha clasificado a la pedofilia como una parafilia, como un desorden mental y conductual y por tanto, los pedófilos unidos intentan eliminar esta clasificación con el fin de tener un terreno amplio y libre para actuar. No han logrado todas sus reivindicaciones, pero van consiguiendo espacios que antes eran impensables. Por lo pronto, desde 2006, cuentan con un partido político en Holanda, el Partido de la Caridad, la Libertad y la Diversidad. Fue a finales de la década de 1950 cuando Frits Bernard fundó el moderno activismo pedófilo en los Países Bajos y aunque en la década de los 70 y 80 no registró mayor progreso, en los noventa y en la época actual se ha reactividado en el mundo con distintos matices según el país y la región. Muchas de las posturas del movimiento son consideradas por especialistas como “distorsiones cognoscitivas” de abusadores sexuales. Peor aún, el periódico The New York Times realizó una investigación donde demostraba que las páginas en Internet donde los pedófilos tienen sus intercambios de opiniones y por supuesto de información sobre sus atracciones, habían permitido y allanado el camino para que mantuvieran sexo con menores de edad sin sentir el más mínimo sentido de culpabilidad. Los pedófilos unidos promueven además la idea de que los niños consienten el sexo con adultos. Son los niños los que incitan, los que provocan y los que finalmente quieren tener sexo con adultos, algo que la mayoría de los especialistas niegan. Otra de las cuestiones esgrimidas para justificar su actuación es que los pedófilos sostienen que no existe daño físico ni psicológico en un menor que ha sostenido sexo con un adulto, algo muy alejado de la realidad. Los pedófilos son difíciles de identificar. No todos llevan un activismo abierto, pero a través de las redadas contra la pornografía infantil hemos ido viendo el perfil de los consumidores en Internet donde hay todo tipo de hombres: empresarios, comerciantes, políticos, profesionales; desde maestros, ingenieros, licenciados; o incluso sacerdotes católicos o pastores de otras religiones. En algunos casos son padres de familia honorables, amorosos esposos y trabajadores ejemplares que llevan una doble vida y tienen un lado oscuro que normalmente ocultan de manera exitosa. Las cifras de los pedófilos en la red son alarmantes. A México se le conoce como la segunda Tailandia. No hay redadas contra la pornografía infantil, ni mucho menos contra la explotación sexual de niños. En este país hay más de 23 millones de menores de edad, usuarios de Internet y uno de cada cinco de ellos es contactado por un pedófilo, según datos del Instituto Federal de Acceso a la Información (IFAI). Mientras en 2004 había alrededor de 72 mil sitios en la red de pornografía infantil, ese tipo de material se ha ido incrementando hasta llegar a más 100 mil páginas con contenido sexual de menores de edad. Los niños utilizan cada vez más las redes sociales, en especial Facebook, por eso resulta de suma importancia que todos los que tenemos la responsabilidad de su cuidado y protección, vigilemos cuidadosamente la actividad de nuestros niños en Internet. Los pedófilos se justifican, la pornografía infantil abunda en la red, los pederastas están al acecho mientras las autoridades brillan por su ausencia. Lo único que nos queda es convertirnos en vigilantes, en centinelas. Todos tenemos la responsabilidad de denunciar a estos sujetos, el silencio nos convierte en cómplices.


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