La ruta hacia Ciudad Juárez (Emilio Álvarez Icaza L.)


 

Como consecuencia de las movilizaciones realizadas en Cuernavaca, la ciudad de México y otras ciudades que tocaron el corazón y la conciencia de miles de personas en México y el extranjero, se está construyendo un movimiento por la paz lleno de esperanza. Se dice fácil, aunque la realidad, como siempre, es mucho más compleja. Este naciente movimiento ha tenido gran capacidad de interlocución y convocatoria justamente por su llamado ético y su origen e identidad en las víctimas. Aunque avanzar en la construcción de acuerdos, representaciones y mecanismos de coordinación supone una gran capacidad de suma, de encontrar las coincidencias en medio de la diversidad y de no perder de vista la identidad por muy válidas que se consideren las agendas y visiones particulares. Esto supone mucha generosidad, inteligencia y humildad y alejarse de las tentaciones de los emplazamientos o condicionamientos y la búsqueda de acuerdos máximos como base para cualquier acción conjunta.
El anuncio de realizar una caravana por la paz, que llegue a Ciudad Juárez (epicentro del dolor y la impunidad) el 10 de junio, ha generado ya gran expectativa en muy diversos sectores y lugares. Se está construyendo una red social, que sin duda ayudará a la reconstrucción del tejido social tan dañado en nuestro país. Personas, organizaciones y movimientos de distintos lugares han manifestado ya su interés de que la caravana pase por su comunidad. De manera inicial y preliminar se ha diseñado una ruta que bien podría entenderse como la ruta del dolor o el mapa del terror (aunque parcial) de nuestro querido México.
Se tiene pensado que la caravana salga de Cuernavaca el domingo 4 de julio y pase por el DF, Toluca, Morelia, Guadalajara, León, San Luis Potosí, Zacatecas, Durango, Torreón, Saltillo, Monterrey y Chihuahua para llegar finalmente a Juárez el 9 de junio. Si las condiciones lo permiten, además de las actividades el 10 de junio, podrían realizarse una serie de actos binacionales el 11 de junio en El Paso, Estados Unidos, junto con organizaciones y personas de ese país y mexicanos residentes allá.
El evento en Juárez es ciudadano, es una reunión de la sociedad civil, para fortalecer sus procesos, identidades, agendas y movimientos. Es un encuentro entre ciudadanos, como dijo Julián Lebaron. Es la ocupación pacífica de Ciudad Juárez. El sentido de este encuentro es el de generar sinergias entre distintos movimientos ciudadanos, para sumar no sólo en Juárez, sino en todo el país las fuerzas necesarias que ayuden a generar las condiciones que lleven al cumplimiento del pacto por parte de las distintas instituciones del Estado mexicano. En un momento posterior, puede ser unas dos semanas después, se piensa en un evento en Cuernavaca (lugar donde empezó este movimiento), en el que estén presentes los representantes de las instituciones del Estado y se les convoque y emplace al cumplimiento de este pacto. Se trata de que en ejercicio de sus atribuciones y en cumplimiento a sus responsabilidades los representantes de los distintos poderes y niveles de gobierno expresen en que términos y formas atenderán el Pacto Ciudadano por la Paz con Justicia y Dignidad.
Quienes estén interesados en consultar lo que se presentó en el Zócalo el día 8 de mayo pueden consultar la página www.redporlapazyjusticia.org. Ahí encontrarán no sólo el documento del pacto, sino distintos mecanismos y formas para incorporarse y apoyar. Son ya muchas las necesidades para poder garantizar un recorrido como el que se propone, por lo que todos los aportes y contribuciones serán más que bienvenidos. Esta es una oportunidad extraordinaria para sumar y construir, es un buen momento para romper el miedo, las inercias, las desconfianzas y las autolimitaciones. Este es momento de la ciudadanía, México así lo requiere, pero sobre todo nuestros hijos, familias y comunidades.
PARÉNTESIS: ¡Al fin! Después de no pocas complicaciones y resistencias, la reforma constitucional de derechos humanos se hará realidad. Hasta ahora 17 Congresos estatales la aprobaron, se necesitaban 16 para su entrada en vigor, se espera que los restantes se manifiesten en el mismo sentido. Implica un cambio en la dogmática, una nueva relación entre las personas y el Estado mexicano y el diseño y ejecución de política pública ahora con enfoque de derechos humanos. Es cierto que las leyes no son eficientes y suficientes, sin embargo, son indispensables, lo que sigue es hacerla realidad. También se puede subrayar que con este hecho ya se atendió el primer punto contenido en el pacto. Enhorabuena.



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