Ojo de Gato: no todos celebran


Guillermo Manzano


Conozco a cinco, pero sé que son más. Ellos empezaron a trabajar en enero pasado. Aún no les han pagado. En la Secretaría de Educación de Veracruz no les dan respuesta concreta. ‘Está en trámite su pago’. ¿Cuántos meses puede durar un ‘trámite’? De los conocidos tres están en crisis completa. Deben mucho dinero y ya ni la familia les quiere prestar. Uno vendió su vehículo. Un vocho de modelo atrasado que sirvió para la compra de uniformes y útiles de los hijos.
    No entiendo cómo es posible que el gobierno exija al magisterio trabajo de calidad y sea incapaz de proporcionar el derecho inalienable del salario. Nueves meses han transcurrido. De la alegría por tener ‘plaza’ a la angustia por no saber qué comerá la familia mañana.
    Uno de ellos me cuenta historias escalofriantes: ‘supe de una maestra que cubrió un interinato por un año y no le pagaron. Sólo le dijeron que su pago no salió y que no podían hacer nada’. Por supuesto quien me lo cuenta lo hace con temor de sufrir la misma situación. Ni el sindicato, ni las llamadas del ‘diputado amigo’, ni nadie puede dar por concluido ‘el trámite’.
    Trato de imaginar si algún funcionario público podría ‘trabajar’ sin cobrar. No puedo. Basta ver la ostentosidad con la que viven. Las residencias compradas y las ambiciones políticas para que la imaginación desista. Recuerdo al ex oficial mayor de la Secretaría de Educación que fue corrido, exhibido y denostado. Pero en menos de un año el gobernador lo perdonó. Lo recibió. Lo abrazó y ordenó la difusión de una fotografía juntos. Mandaba el mensaje que el hijo pródigo será el candidato del PRI a la diputación federal por el Distrito de Martínez de la Torre. Así es en Veracruz. Se premia el latrocinio y se castiga a quienes trabajan.


    De los cinco que conozco dos trabajan fuera de la ciudad. Se quedan a vivir los cinco días de la semana laboral ‘en la comunidad’. Ahí comen cuando les regalan la comida. Duermen en casa de padres de sus alumnos. Se rotan la estancia ‘para no cargar la mano a una sola familia’.
    ¿Cómo se evalúa el desempeño de estos docentes? La pregunta no es ociosa, porque no tengo duda que la evaluación es pareja, es institucional y no importa las condiciones en que se encuentre él o la profesora. Eso es lo de menos. Lo que importa es ‘la calidad del servicio que el gobierno proporciona a la niñez’. Si malviven, si malcomen, si no tienen sustento para darles a sus familias, eso no es culpa del Instituto Nacional de Evaluación.
    Es obvio que estas cinco familias no tienen mucho que celebrar. Quizá su única celebración es haber estado más días en casa. Quizá celebren el ahorrarse la pena de estar de arrimados. Mejor aún: de comer en el hogar con la gente que se quiere. Quizá vean la televisión. Pero dudo que vean al gobernador veracruzano. No creo que les agrade ver el rostro del secretario de educación, sonriente y feliz de estar cerca ‘del jefe’ en tan importante fecha para la Patria. No lo creo.
    ¿Qué se hace con las personas que juegan con el destino de las familias? 



www.prensavendida.com 

Comentarios

Entradas populares de este blog

¡Asesino serial en Xalapa!

La Santa Muerte o cómo adorar a La Niña...*

MI PLEITO CON LA IZQUIERDA (Luis González de Alba)