Ojo de gato: 14 meses
Guillermo Manzano
Hoy se cumplen 14 meses del
asesinato de Regina Martínez. Tiempo suficiente para que el Gobierno de
Veracruz acepte dos cosas: su incapacidad para resolver el crimen o su
complacencia y satisfacción por la muerte de la periodista. No hay más. No hay
menos.
La
frivolidad con la que han llevado el ‘Caso Regina’ hace pensar lo anterior.
Mucho ruido y pocas nueces. Pretenden ocultar realidades, sesgar verdades y, en
la mayoría de los casos, hacer mutis y que el tiempo haga su trabajo. Pero eso
no lo permitiremos.
No
es permisible por los desaparecidos, los exiliados, los censurados, las
familias separadas, los estigmas que laceran y que el mismo gobierno alienta,
solapa u oculta.
La
complicidad del silencio (por temor o conveniencia) entre el gobierno y los
empresarios mediáticos no callará las voces de la discordia. Aquellas que
estamos chinga y jode para que haya justicia. No pedimos mucho. Lo justo, sólo
eso. Y sabemos que la ley y la justicia se cocinan parte.
No
hay imposibles. Aunque el manto de la impunidad cubra en este momento a
políticos y gobernantes, sé que pronto tendremos justicia. Por Regina y por
todas las víctimas de la incapacidad o complicidad oficial.
La
estupidez es pan diario en quienes dicen gobernar o impartir justicia. Por eso
escuchamos y leímos a una primate decir que ‘las personas desparecidas se
fueron con el novio, la amante o la amiguita’. O bien saber que, la violencia
electoral se debe a la lírica yucateca y no a bombas y armas de fuego. Así se
las gastan. Así se gastan.
Foto: Guillermo Manzano |
A
días de concluir el proceso electoral quienes dicen y deben garantizar la
legalidad son los primeros en violentarla. Nada nuevo bajo el sol de Veracruz.
Pero todo tiene un límite y la sociedad se cansa. Las mentiras, los disparates
y dislates sólo son resultado de la carencia de originalidad y oficio político.
No importa. Vamos por menos días de que ellos y ellas se vayan. Aunque quieran
dejar a su cachorros para que les cubran las espaldas. La verdad es hija de la
historia, no de los gobiernos.
Recordar
a Regina a 427 días de su crimen es no olvidar que la muerte ronda a Veracruz.
Que las muertes violentas siguen. Que ‘los levantones’ siguen. Que la impunidad
encontró su nicho. Que las familias siguen llorando a sus muertos, a sus
desaparecidos. Que las familias gritan en las calles y en las plazas públicas
de los municipios veracruzanos con una sola petición: justicia.
Por
desgracia a esta petición –como a muchas más- el gobierno veracruzano está
incapacitado para dar respuesta satisfactoria. Pero no nos impide y no nos debe
de impedir que exijamos, porque es nuestro derecho y es su obligación.
En
la tumba de Regina se encuentra una ‘máquina de escribir’. Como aquella que usó
por años. Una foto al centro y dos palabras enmarcan la imagen: verdad y
justicia. Sólo eso pedimos, sólo eso…
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