A Pie de Calle: Nocivo para la salud.




Guillermo Manzano

Cuando empecé a escribir o mejor dicho a garabatear palabras en una página jamás pensé que fuera tan peligroso. Mi irresponsabilidad era tal como la actual, sólo que ahora estoy más viejo y a veces me doy cuenta. Debí entender a tiempo que escribir es nocivo para la salud e incluso, la adicción, puede causar la muerte. Por eso propongo que en las escuelas de comunicación o en las de letras, debiera haber un ícono como aparece en las cajetillas de cigarros o en los venenos para ratas o en los insecticidas. Además también deberá incluir una nota sobre qué hacer en caso de una ingesta excesiva de letras y palabras. Que en las redacciones de los periódicos exista una leyenda que recuerde el peligro que ronda a sus trabajadores por el sólo hecho de trabajar, publicar y creer que su labor es importante para la sociedad.
Foto: Emiliano Martínez


No exagero, simplemente trato de entender por qué han muerto amigos, conocidos y trabajadores de medios informativos. No entiendo la ausencia de autoridad ni el vacío de poder que se vive en nuestro estado, en nuestra ciudad, en nuestro país.

En la plaza pública he protestado en compañía de otros y otras. Hemos gritado nuestra indignación, nuestro encabronamiento, nuestra impotencia. Hemos hecho lo que cualquier persona con dignidad hubiera hecho. Por eso no entiendo a los de la 'casa de enfrente a la plaza', ex compañeros de trabajo, de redacciones, de aulas, de café; cuando asumen como afrenta personal nuestra indignación. No entiendo su indiferencia ante la violencia que se cierne sobre quienes ejercen su trabajo en la mejor forma que quieren o pueden. No entiendo, ni logro entender, como las personas cambian por una puñado de pesos y una posición temporal de poder, un poder efímero que permite parafrasear a Monterroso: porque cuando despierten –estoy seguro- ya no tendrán ese poder y tendrán que regresar a sus orígenes, de donde salieron. Y aquí estaremos esperando: porque cuando despierten nosotros sí estaremos aquí.

Pero mientras el tiempo hace su trabajo uno debe hacer lo propio como buenos anfitriones de la realidad. Debemos prepararnos para cuando lleguen. Los que estén, los que estemos, los que quedemos, los que queden no debe olvidar estos días de luto. No debemos olvidar estas velas y flores que hoy ponemos en la calle, en la plaza pública. No debemos olvidar a los que han sido silenciados. Por ellos, por los que siguen, por los que seguimos, guardaré un luto permanente, lo haré visible, me lo pegaré al cuerpo todos los días para que no se me olvide, pero sobre todo, para que cuando ellos y ellas me vean caminar por la calle, por la plaza, se acuerden de los caídos, de nuestras muertas, de nuestras voces que callaron y las miles de voces que nunca podrán callar. De las conciencias que compraron y de las miles de conciencias que nunca podrán comprar. Por eso vestiré de negro, nada más para recordar que este oficio es nocivo para la salud e incluso, puede  ser  mortal.
El nuevo ajuar...


Pero no puedo ni debo olvidar mi origen, por eso combinaré las playeras negras con el eterno azul de la mezclilla que siempre me recuerda que provengo de un hogar formado por un obrero ferrocarrilero y una profesora de banquillo. Negro es el futuro y azul el pasado, así es y así será...

Pero también debemos recordar los 25 millones de pesos retenidos por la PGR y que el gobierno de Veracruz no ha dado explicaciones satisfactorias, porque se resuelvan los crímenes de Regina, Milo Vela, Yolanda y demás reporteros muertos, porque aparezca Evaristo Ortega y demás reporteros secuestrados y porque a Fidel Herrera y a todo su gabinete se les enjuicie por corrupción, malversación de fondos y haber sumido en las perores crisis sociales, económicas, morales y de seguridad al estado de Veracruz, porque la mayoría de los ciudadanos vemos el mundo A Pie de Calle…

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