Ojo de Gato: Sin alusiones
Guillermo
Manzano
La inestabilidad emocional de un
individuo afecta su entorno. Desconcierta a la gente que lo rodea y tiende a
actuar en forma incoherente. Es difícil que alguien acepte que necesita ayuda.
Mejor niegan tener problemas y confeccionan una realidad diferente. A su modo.
A su imagen y semejanza porque a veces, sólo a veces, creen ser divinos.
Este
problema de personalidad es similar al mal aliento, el olor llega a todos menos
a quien lo expele. Es decir, que las víctimas de la fetidez bucal son quienes
conviven con este tipo de individuos.
En
el ámbito público deben existir decenas o quizá, cientos de personas con esta
patología. La sabiduría popular no los dice: el poder marea a los inteligentes,
pero a los pendejos los vuelve locos. Es posible que así sea. La historia se
nutre de múltiples biografías con este perfil. Pero ya sabe, es estos
sacrosantos tiempos en que la historia no sirve para nada, pues qué decir.
Estas
personas públicas siempre son acompañadas por un séquito de irracionales que
repiten todo lo que el jefe o la jefa digan. Son antropomorfos con plumas.
Porque no importa lo que digan sus superiores, siempre y cuando lo digan. Así,
repiten lo que escuchan para quedar bien y reforzar el egocentrismo del inseguro
personaje público. Que más da que minutos después diga otra cosa diametralmente
opuesta, se vuelve a repetir y se ensalza que es lo mejor que se ha dicho desde
que dios creo a Adán y a Eva.
Foto tomada de Facebook |
A
veces, los integrantes del séquito se pelean por los favores de quien los
manda. Todo para que les brinden una sonrisa, una mención en público o una
palmadita en el hombro. Pero entonces viene la duda basada en la realidad: ante
la inestabilidad emocional y problemas de personalidad de quien brinda la
lisonja, no saben si reír o llorar.
¿Habrá sido sincera la sonrisa o es
producto de las pastillas que toma?, ¿dijo mi nombre porque me tiene presente
en su corazón y afecto o porque me va a correr?, ¿tocó mi hombro porque me
quiere o fue señal para que sus perros me muerdan?
A
veces son tantos los fármacos –suplementos alimenticios, les dice su médico
oficial- que pueden ver elefantes multicolores o simios rojos. En un mal viaje,
hasta Blue Demon se les aparece. Pero siempre niegan esos delirios. En
realidad, eso de ‘delirios’ lo dice uno, porque para ellos es lo normal. Así
que justifican sus arrebatos y berrinches por sentirse despreciados. Dicen que
nadie los entienden. Que sólo reciben críticas y son incomprendidos por el
populacho inculto, iletrado y pobre.
Hay
días que salen a la calle pero no ven nada. Sus grupos de autodefensa les
impide la visibilidad. Se aburren de ver a los mismo hombres y mujeres
corriendo para llegar antes que ellos.
Como
se fastidian en esos trayectos que nadie sabe para que los realizan, optan por
ver capítulos inéditos de Bob Esponja. Ya sabe, las camionetas blindadas
también traen reproductor de videos portátiles. Ahí, en la soledad de un
asiento trasero, sueñan con visitar el ‘Krustáceo Kascarudo’ y conocer a Don
Cangrejo. Hacer enojar a Calamardo y jugar con Bob Esponja. Claro, ellos
quieren ser Patricio, porque es la estrella de mar. Pero además sueñan con ser
el patricio de un pueblo, de una nación como aquellos patricius latinos que
sintetizaban la virilidad y sabiduría del líder. Del fundador de una estirpe,
de…
Y
así, entre sueños viajan por el mundo nuestros personajes. Cierto, tienen
algunas anomalías e inestabilidades emocionales, algunos trastornos y uno que
otro desequilibrio. Pero, ¿qué es un loco en este mundo de cuerdos?
http://www.likatsin.blogspot.mx/
Comentarios