El triunfo del amor (Guillermo Manzano)

Febrero es el mes del amor. Claro que hay de amores a amores, pero al final sólo es amor. Nadie puede negar que el sentimiento sublime mueve al mundo, hace que nos comportemos en forma y manera extraña y atípica y, lo más complejo, nadie nos entiende más que nuestra media naranja. Los ejemplos sobran. Ahí están Romeo y Julieta, Abelardo y Eloísa, Elba Esther Gordillo y Alonso Lujambio, Jesús Ortega y… pues el dirigente panista que le ponga Calderón, en fin, ya sabemos que nunca falta un roto para un descocido.

Y qué mejor que empezar este mes del amor con el enorme y contunde triunfo de la izquierda en Guerrero. Ya sabe, el próximo gobernador será un hombre pulcro, honesto, forjado en mil batallas de la oposición, ha sufrido cárcel, persecuciones, estuvo cerca de las diversas guerrillas de su estado, en fin, un hombre ducho y de cabalidad inobjetable.

Por supuesto que habrá resentidos que cuestionen la inmaculada imagen de Ángel Aguirre Rivero. Le dirán, por ejemplo, que fue el autor intelectual del asesinato de 11 campesinos en la comunidad El Charco, aquél lejano pero no olvidado, 7 de junio de 1998. Sí, el pulcro hombre de la izquierda perredista-convergente –petista fue gobernador interino y represor (¿se acuerdan de Dante Delgado?), los huérfanos y las viudas no lo olvidan, quizá por eso no votaron por él, pero eso no importa: ganó la democracia y se frenó al PRI en su marcha triunfal. (Eso dicen los villamelones de la política, los arribistas y los saltimbanquis de los proxenetas que se alquilan al que mejor les pague).

Pero no hay que olvidar que estamos en el mes del amor. Como tampoco hay que olvidar lo que pasó aquél 7 de junio, ya sabe, a veces hay que educar a ‘la izquierda’ y, en un acto amoroso, consignó el informe de la Liga Mexicana por la Defensa de los Derechos Humanos: “En la comunidad de El Charco, municipio de Ayutla de los Libres, Estado de Guerrero, durante la madrugada del 7 de junio de 1998, elementos del Ejercito Mexicano rodearon la escuela primaria "Caritino Maldonado", en la cual se encontraban dormidos varios indígenas, quienes participaban en una asamblea para tratar asuntos relacionados con proyectos productivos para sus comunidades.
Según los sobrevivientes el Ejército Federal rodeó el lugar e irrumpió, disparando y lanzando dos granadas de fragmentación, lo que provocó 11 muertos y 5 heridos que quedaron detenidos junto con otras 22 personas, quienes fueron trasladadas (contrariamente a lo que establece el derecho) a las instalaciones de la Novena Región Militar, en Cumbres de Llano Largo, lugar donde fueron retenidas y sometidas a tortura por dos días. Entre las personas se encontraban 5 menores de edad, quienes el 9 de junio fueron trasladados al Albergue Tutelar para Menores Infractores en Chilpancingo, exceptuando un menor que se encontraba herido y permaneció en el hospital naval durante un mes”.

Pero ya sabemos que el amor perdona todo. Por eso los perredistas-petistas-convergentes perdonaron a Angelito y ahora ya es cuasi gobernador electo. En la guerra y en el amor todo se vale, pero cuando se hace el amor con el enemigo, se puede generar cierta promiscuidad ideológica. Obvio que esto último no es el caso. La estrategia de la ‘izquierda’ es clara: hay que acabar con el PRI para que gobiernen los priistas.