Mujeres Que Saben Latín: Nosotras somos más grandes que el miedo
Por Estela
Casados González
Enero de 2017 atestiguó los asesinatos de 15
mujeres en la entidad veracruzana. En ese mes los medios de comunicación dieron
cuenta de nueve feminicidios en los municipios de Poza Rica, Xoxocotla,
Veracruz, Perote, Sayula, Tlacotalpan, Cosamaloapan, Las Choapas y Juan
Rodríguez Clara.
Asimismo en Papantla, Coatzintla, Tuxpan,
Córdoba, Minatitlán y Jáltipan se presentó un homicidio femenino en cada uno.
Estos datos, recopilados por el proyecto
universitario “Asesinatos de mujeres y niñas por razón de género. Feminicidios
en la entidad veracruzana”, muestran que de los 15 municipios involucrados,
seis cuentan con la declaratoria de Alerta de Violencia de Género contra las
Mujeres que implementara Gobierno Federal en noviembre del año pasado.
Las cifras ahí están. 15 proyectos de vida
truncos. Incluso, podemos hablar de que 16 vidas fueron segadas si tomamos en
cuenta al Artículo Cuarto de la Constitución local, el cual establece desde el
28 de julio de 2016 que la vida debe protegerse desde el momento de la
concepción hasta la muerte natural: una de las mujeres asesinadas contaba con
dos meses de embarazo.
Con casi 400 asesinatos de mujeres
contabilizados entre 2014 y 2016, reiteradamente escribimos sobre este hecho
por demás deleznable. Nos hemos estrellado contra la más grande indiferencia
gubernamental, con promesas de encontrar el hilo negro y seguir tanteando para
ver cuándo estará lista el agua tibia. Nada.
La desesperanza merma un tanto cuando
observamos cómo se tejen iniciativas ciudadanas que cifran su importancia en la
modestia de la pretensión de salvar la vida. Una población joven de mujeres
apuesta cada vez más por informarse, defenderse y cuidarse entre sí. Redes de
amistad que vigilan, aconsejan y cuidan por la seguridad de las demás. Redes
sororales de amigas que se comunican y defienden entre sí porque nadie más va a
hacerlo.
Patético para algunas personas. Autónomo
ante estos tiempos en que se asesina con facilidad a las ciudadanas porque la
impunidad da su espaldarazo más fuerte, porque siempre habrá temas y problemas
“más importantes”, “más urgentes” para atender.
Redes que han comprendido que los intereses
del Estado son otros, que la vida y la libertad de las mujeres es una frase que
ni en los discursos institucionales aparece. En un esfuerzo por “pasar los
negativos a positivos”, se están construyendo alternativas ante la adversidad,
sin el más mínimo apoyo, con la invitación recurrente a desistir, pero con la
única aspiración de que cada día que pase nosotras seamos más grandes que el
miedo.
Comentarios