A Pie de Calle: En primera persona

Hace unos años decidí dejarme el cabello largo. No fue por manda, promesa o capricho. Simplemente lo decidí.
    Con 50 años de vida, la greña es bicolor: blanco y negro. Como pelaje de panda o cola de zorrillo, según lo quiera Usted ver.
    Por el cabello, la mezclilla, las playeras y los tenis, algunas personas me estigmatizan como jipi. Sin mayor conocimiento de la contracultura juvenil de los 60 del siglo pasado. Sólo me señalan por la apariencia.
    ¿Sabrán ellos que los sobrevivientes del jipismo son ahora venerables personas que pasan los 70 años de edad? ¿O que las abuelas de estos modernos inquisidores mostraban sus torneadas piernas al lucir su minifaldas y sus abuelos se habrán fumado más de un churro de mota?
    Creo que no lo saben. Si lo supieran le tendrían más respeto al término jipi y no se lo endilgarían a un mortal impuro como yo.
     La contracultura juvenil sesentera marcó un antes y un después en muchas sociedades. Hoy sólo es una nostalgia absorbida por el capital.
Estela Casados/foto

    El caso es que no me veo los últimos años de mi vida portando otro tipo de atuendos. Sólo tuve un traje y sólo una vez lo usé. No vuelvo a cometer ese error.
    Confieso que ‘he perdido’ lo que muchos llaman ‘buenas oportunidades de empleo’ por no ceder a cambiar la forma de vestir y cortarme el cabello. No importa, mis limitaciones siempre me hacen feliz.
    Sin embargo, no tengo el mismo apego por la barba. Aunque pasé un año sin afeitarme y mi pandrosidad fue más notoria. Por supuesto que no importó ‘el qué dirán’. Era y soy aceptado por mi hija, mi hijo, amigas y amigos. Eso, aún hoy es invaluable.
    Ahora, a veces, cuando la temperatura ambiental se eleva, pienso en cortarme la greña que me acompaña. Cuando llega ese pensamiento, de inmediato recuerdo a las mujeres de tierra caliente que airosas lucen sus cabelleras largas sin importarles el calor.
    Pero no soy estoico. Lo sabe mi esposa. Ella se encarga de trenzar los hilos negros y blancos que nacen en mi cráneo y se extienden por mi espalda. Sentir sus manos entre mi cabello y la manera en que, hábilmente, teje las hebras mientras musita: con esta greña eres la envidia de tus contemporáneos.
    No respondo porque no lo sé. Así soy feliz y así camino A Pie de Calle… (gm)



Comentarios

Unknown ha dicho que…
Si quedó del 5 para arriba en la UV se corta la greña jaja xD

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