A Pie de Calle: Flor y la Señora Abeja
Guillermo Manzano Para Titi Apenas ayer la vi. No supe cuando nació, pero ahí estaba frente a mi ventana. Me daba los buenos días en silencio. Firme y quieta recibía la luz del sol que la hacía ver más brillante. Su color, a esa hora, me pareció especial. Me trajo tu recuerdo en tu ausencia. Sé que te hubiera gustado compartir el momento. Tu gusto y afición por ellas siempre están presentes. Vamos, hasta hubiéramos comentado sobre el poder de la naturaleza que otorga vida en los lugares más insospechados. Hoy, al levantarme de la cama, abrí la ventana para verla. Me sorprendió que ya tiene compañía. Ahí, en ese breve reducto que dejó el pavimento, en esa ranura con poca tierra, ahí le gustó para nacer, para que nacieran. De nuevo tu recuerdo. Una sonrisa, tu aroma. Salí a tomarle unas fotografías. La Señora Abeja también quiso posar para el recuerdo. Así, juntas, me permitieron que las detuviera en el tiempo. Y aunque no soy afecto a ellas, no pude evitar emocion