Ojo de Gato: de que callada manera
Guillermo Manzano
Me
callo porque no tengo nada que decir. Porque hay gente más preparada, más
ilustrada que entiende y explica mejor lo que pasa en nuestra sociedad. Porque
ahora hay ‘comunicólogos’ y el reportero quedó olvidado en un cajón de
escritorio desvencijado. Porque ahora hay maestros, doctores y postdoctores que
asaltan las páginas editoriales para encontrar los detalles de la vorágine
política y ‘decirnos la verdad’. Por eso mejor me callo.
Hace
seis días reprimieron a un grupo de jóvenes. Iban a protestar. Era 20 de
noviembre y la Revolución Mexicana del siglo pasado se recordaba. El nuevo
teléfono descompuesto empezó a llenarse de mensajes de alarma: ‘detuvieron a
compañeros. Vamos todos a San José’. Otros trataban de explicar y daban un
listado de nombres. Algunos decían que fueron 12 otros que fueron 15. Y sí, fue
cierto. Pocos medios dieron a conocer el hecho, otros lo ignoraron. Unos
acusaron de represión y otros de justicia. Pero bueno, ya se sabe que todos
llevan agua a su molino.
De
ese día a la fecha esperé que los que saben dijeran algo, que me dieran luz
sobre lo ocurrido. Buscaba el artículo doctoral, la columna informada o la
denuncia de la oposición política. Nada. Silencio. Una notita informativa daba
cuenta de la queja de los agredidos ante la Comisión de Derechos Humanos de
Veracruz. Sólo eso.
Foto tomada de internet |
Parece
que hay cosas más importantes que comentar. Por ejemplo, preparar la protesta
contra la imposición, hacer conferencias de prensa para que los votantes vean
que existo. Elaborar la lista de regalos para fin de año o buscar trabajo
porque en unos días se acaba ‘el hueso’ y otros empezarán a roerlo.
Entonces
vuelvo a ver las imágenes que difundieron por el virtual teléfono descompuesto:
un joven en la parte trasera de una patrulla, una chica arrastrada por la calle,
otra sometida por tres mujeres y una fotografía más donde llevan, por la fuerza,
a un muchacho. Lo que llama la atención es que los que detienen no están
uniformados y, al parecer, tampoco se identificaron. ¿Acaso hay una nueva ‘policía
secreta’ que aprobó el Congreso?
Después
el grisáceo secretario de gobierno declaró que, inteligencia del estado tenía
información sobre supuestos actos vandálicos durante el desfile. ¿En que rubro
de gastos o en que parte del organigrama oficial está el área o departamento de
‘inteligencia del Estado’?, ¿cuántos elementos componen esta área de
‘inteligencia’?, ¿en que articulado legal se sostiene la creación de esta área
de ‘inteligencia’?
Las
preguntas no son ociosas, porque lo que de hecho estamos viendo es que
cualquier individuo nos puede vigilar, detener, golpear o desaparecer bajo
sofismas de ‘inteligencia del Estado’.
Lo
que vimos el 20 de noviembre es una alerta para todos y todas, ¿ahora en quién
confiar si todos pueden ser ‘de inteligencia del Estado’? Abordar un taxi, dar
una orientación a un posible turista, un nuevo vecino, maestros, alumnos,
trabajadores de cualquier índole pueden ser parte de este aparato de
‘inteligencia’ y dar información para que individuos no identificados nos suban
a cualquier patrulla, nos golpeen, nos detengan sin ninguna orden legal y no
pase nada ‘porque inteligencia del estado nos detectó como posibles
terroristas’. Así estamos. Así es. Así actúa este gobierno.
Podrán
decir que exagero y que el que nada debe nada teme. Pero cuando gente no
uniformada detiene, golpea y tortura a los jóvenes de este estado, creo que no
exagero. Porque el día de mañana podrás ser tú, tu madre, tu hermana, tu hijo o
tu amante. Entonces también lo denunciaré, porque hay momentos en los que no
podemos quedarnos callados.
Comentarios
Por eso aunque otros callen, querido Guillermo, tú voz sonante y andante no lo haga nunca y clame, y cante, y no deje ni un hueco por llenar de palabras precisas.