Mujeres Que Saben Latín: Como me ves te verás…
Estela Casados González El 28 de agosto se celebró el Día del Abuelo o del Adulto Mayor (ni de la Abuela, ni de la Adulta Mayor, que quede claro). Y, como sucede con cada celebración mercantilizada hasta el infinito, volteamos a ver al sujeto al que se le celebra, nos deshacemos en halagos, felicitaciones y “reconocimientos”, para después olvidarlos. La vida sigue. Cotidianamente nos percatamos de la difícil situación que padecen muchas personas que han llegado a la vejez. Lo vemos con los ejércitos de ancianas y ancianos que son víctimas de la trata de personas e inundan las calles de la capital de esta entidad para pedir una moneda, una caridad. Pero no es necesario voltear fuera de casa. Al interior de muchas de nuestras familias hay una persona de la tercera edad, alguien a quien su pensión raquítica le rinde cada vez menos (cuando la tiene), a quien a veces se le respeta su derecho a la salud a través de un sistema clínico y hospitalario que se ha olvidado de la dignidad d